La investigación cualitativa

 A diferencia de la investigación cuantitativa, cuyo proceso de investigación tiene un carácter secuencial y distributivo, es decir un itinerario planeado a priori (diseño ex ante), la investigación cualitativa se caracteriza por una relación de diálogo paulatino con el objeto de estudio. Esto quiere decir, que el método se adapta en razón de las características particulares de aquello que se pretende estudiar, lo cual implica que el diseño de investigación es ex post, puesto que conserva un carácter provisional y su sentido es dado o se encuentra al finalizar el proceso (Dávila, 1995). Esto se traduce en que la selección de la muestra, la recolección de los datos, el proceso de análisis y producción de resultados son simultáneos y mantienen una relación de reciprocidad entre ellos (Ibáñez, 1990; Krause, 1995).


Así, el inicio, transcurso y término de una investigación, son considerados de maneras diferentes según se trate de una metodología cuantitativa o cualitativa. En las metodologías cuantitativas la formulación del proyecto y su implementación, corresponden a fases distintas y separadas, en donde la primera prescribe la segunda (la pro-yecta). En cambio, en las metodologías cualitativas, el proyecto tiene un carácter provisorio (incluso puede no pre-existir) y, la formulación del diseño y su implementación se realizan en forma simultánea y en correspondencia.

Esta diferencia en el proceso y diseño de la investigación cualitativa respecto de la cuantitativa, la describe Dávila (1995) a partir de la distinción de un diseño táctico cuantitativista versus un diseño estratégico cualitativista. En tal sentido, advierte que todas las investigaciones tienen un comienzo, el cual puede ser establecido desde ciertas opciones ya probadas con anterioridad. Sin embargo, puntualiza que la adscripción a un diseño cuantitativo o cualitativo, obliga a prestar atención a las diferentes maneras en que es considerado ese punto de partida.

Para un diseño táctico cuantitativista, el punto de partida es el primero de una serie de pasos consecutivos, donde las acciones antecedentes son condición necesaria para los siguientes. De esta manera este inicio prefigura lo que será el punto de llegada. Esta consideración del punto de partida, subraya la formulación del diseño de investigación como un punto crítico y privilegiado de la investigación, puesto que un buen o mal inicio condicionará todo el desarrollo posterior. Supone un diseño lógico de indagación, ya que, entre la elección de la materia de interés y las conclusiones del estudio, se realizan un conjunto de acciones preestablecidas, de manera que las primeras determinan las condiciones para las segundas. Además, el autor lo llama táctico, en consecuencia con que en este tipo de diseño se preparan y conducen individualmente las actividades de la investigación (Dávila 1995).


Por el contrario, el diseño estratégico cualitativista considera el punto de partida como una tarea más entre las otras que contribuyen al proceso de investigación. Así, todas ellas son co-responsables de su desarrollo, siendo el inicio, la formulación del diseño, uno de los tantos momentos de la indagación. Esta manera de considerar el punto de partida supone un diseño abierto, donde la persona del investigador es quien integra y da sentido a todos los aspectos partícipes del proceso de estudio: elección de la materia de interés, las decisiones respecto de la recogida y la muestra, el análisis y conclusiones del estudio. El autor lo llama estratégico, puesto que en este tipo de diseño las actividades de la investigación. 

Por el contrario, el diseño estratégico cualitativista considera el punto de partida como una tarea más entre las otras que contribuyen al proceso de investigación. Así, todas ellas son co-esponsables de su desarrollo, siendo el inicio, la formulación del diseño, uno de los tantos  momentos de la indagación. Esta manera de considerar el punto de partida supone un diseño abierto, donde la persona del investigador es quien integra y da sentido a todos los aspectos partícipes del proceso de estudio: elección de la materia de interés, las decisiones respecto de la recogida y la muestra, el análisis y conclusiones del estudio. 



El autor lo llama estratégico, puesto que en este tipo de diseño las actividades de la investigación se preparan y conducen en conjunto sobredeterminadas por los objetivos de la investigación (Dávila, 1995). (ver cuadro más abajo) En síntesis, a diferencia del proceso de investigación propio de un diseño cuantitativo, el cualitativo es más abierto y flexible, dialoga con el objeto, esto es, “se hace al andar”, y cobra sentido desde la finalidad y al finalizar la investigación. Por lo tanto, el diseño cambia durante todo el proceso de manera de hacer la investigación más inteligente. Si por ejemplo, se realiza un estudio que se pregunta por las características de las conductas de consumo de droga en jóvenes y, el investigador comprende al aproximarse al campo que para los jóvenes son más relevante los sentidos y significados asociados al consumo que éste en sí mismo, desde una aproximación cualitativa tendrá la apertura y flexibilidad de reformular o ampliar su pregunta y su diseño de investigación de manera de acoger lo que emerge desde la alteridad. Por lo tanto el diseño se irá completando y precisando de manera simultanea a la implementación de la investigación con el propósito de que ésta sea sensible a aquello que busca describir y comprender.

Krause (1995) grafica este carácter simultáneo del proceso de investigación cualitativo, distinguiendo tres áreas de decisión e implementación del diseño que contribuyen a la formulación del problema de investigación y la construcción de los resultados: diseño de estudio, metodología y análisis. De esta manera, da cuenta del carácter provisional del diseño y de la centralidad del investigador en cada una de las fases del estudio

investigación se preparan y conducen en conjunto sobredeterminadas por los objetivos de la investigación (Dávila, 1995). (ver cuadro más abajo) En síntesis, a diferencia del proceso de investigación propio de un diseño cuantitativo, el cualitativo es más abierto y flexible, dialoga con el objeto, esto es, “se hace al andar”, y cobra sentido desde la finalidad y al finalizar la investigación. Por lo tanto, el diseño cambia durante todo el proceso de manera de hacer la investigación más inteligente. Si por ejemplo, se realiza un estudio que se pregunta por las características de las conductas de consumo de droga en jóvenes y, el investigador comprende al aproximarse al campo que para los jóvenes son más relevante los sentidos y significados asociados al consumo que éste en sí mismo, desde una aproximación cualitativa tendrá la apertura y flexibilidad de reformular o ampliar su pregunta y su diseño de investigación de manera de acoger lo que emerge desde la alteridad. Por lo tanto el diseño se irá completando y precisando de manera simultanea a la implementación de la investigación con el propósito de que ésta sea sensible a aquello que busca describir y comprender.

Krause (1995) grafica este carácter simultáneo del proceso de investigación cualitativo, distinguiendo tres áreas de decisión e implementación del diseño que contribuyen a la formulación del problema de investigación y la construcción de los resultados: diseño de estudio, metodología y análisis. De esta manera, da cuenta del carácter provisional del diseño y de la centralidad del investigador en cada una de las fases del estudio.


Esto es, en cada una de las fases el investigador tendrá que optar a) entre las diferentes alternativas que se le van presentando b) en virtud de su problema y, cada una de estas opciones retroalimentará los distintos elementos que conforman el diseño y su implementación.
Rodríguez, Gil & García (1999) grafican esta particularidad del proceso de investigación  cualitativa distinguiendo cuatro fases que ocurren de manera más o menos simultánea:

Fase preparatoria, fase de trabajo de campo, fase analítica y fase informativa. Dan cuenta de distintos niveles de avance que marcan etapas y productos pertinentes a los diferentes momentos del estudio que, sin embargo, nunca se suceden de manera lineal puesto que el producto de una fase puede retroalimentar también a la fase anterior fase preparatoria, es de una índole más bien reflexiva, está destinada a generar un diseño de investigación y el producto es el proyecto de investigación (Rodríguez, Gil & García,1999).




El trabajo de campo corresponde a la segunda fase, e involucra el acceso al campo de estudio y la recogida productiva de datos. El producto de esta fase son los datos acumulados (Rodríguez, Gil & García,1999). Al señalar una recogida productiva de datos, se subraya el carácter construido del dato, en tanto se entiende que el dato no está ahí independiente del investigador esperando a ser descubierto, sino que es el resultado de las diversas operaciones de distinción que el investigador realiza en la formulación del diseño y en su implementación.

La fase analítica consiste en la reducción de los datos es decir, su codificación y transformación, con vistas a responder a la pregunta de investigación. Implica la contrastación de los resultados producidos con la pregunta de investigación, lo que puede redundar en su reformulación, ampliación o complejización. El producto de esta fase son los resultados de investigación (Rodríguez, Gil & García,1999).

Finalmente, plantean una fase informativa que consiste en hacer públicos los resultados de
investigación. Contempla la elaboración del informe final de la investigación, tarea que
siempre requiere de un diálogo con la fase anterior, puesto que, la redacción y comunicación de los resultados habitualmente envuelve una revisión de los análisis realizados (Rodríguez, Gil & García,1999). También pueden ser producto de esta fase otras formas de dar a conocer el conocimiento construido a través de documentos de distintas índoles y para distintas clases de destinatarios, como comunicaciones o la transformación del informe en artículos (Potter & Wetherell, 19xx).

Resalta en esta manera de dar cuenta del desarrollo de una investigación cualitativa, la idea de que el investigador tendrá que ir tomando decisiones en cada una de las fases y, que dichas opciones facilitarán una aproximación reflexiva y flexible al objeto de estudio.

Se garantiza así la simultaneidad del proceso, a la vez que indica distintos momentos de avance en la indagación y producción de resultados. Junto con lo anterior, rescata la provisionalidad del diseño de investigación, puesto que las decisiones tomadas en la fase de preparación señalan el inicio del estudio, pero no restringen del todo la manera en que finalizará. Como señala Ibáñez (Sociología de la vida cotidiana), mientras la investigación cualitativa es sedentaria, puesto que lleva al objeto a sus términos de tratamiento, la investigación cualitativa es nómade, puesto que sigue al objeto, rastrea sus huellas.

Otra manera de plantear el proceso de investigación cualitativa es la propuesta por Ruiz (1996) quien distingue una fase de pre-estudio, una de estudio y otra de post-estudio.

Para el autor el pre-estudio consiste básicamente en relacionar ciertos hechos, con ciertos
Conceptos y ciertos métodos de trabajo de manera más o menos intuitiva para la delimitación de una materia de interés y la formulación de un problema de investigación (Ruiz, 1996).




Por su parte, la fase de estudio la divide en dos sub etapas: estructurar e implementar.
En la etapa de estructurar plantea tres tipos de relaciones:

a)     Las de los conceptos y los métodos, a través de la cual establecemos un diseño de investigación.

b) La de los conceptos y los hechos, a través de la cual construimos una teoría

c)    La de los métodos y los hechos, por medio de la cual producimos los datos (Ruiz, 1996).



Finalmente, la fase post-estudio contempla también tres relaciones:

a) entre el diseño y la implementación, que nos puede hacer considerar una ampliación
muestral y una nueva recogida de datos.

b) entre la teoría y la verificación, en la cual podemos contemplar una modificación del
método.

c) y entre los datos y la explanación, frente a la cual podemos decidir la utilización de
nuevos conceptos para interpretar la información (Ruiz, 1996).




Esta visión general del desarrollo de una investigación cualitativa revela el carácter dialógico con el objeto por el carácter recíproco y correctivo entre los distintos elementos que componen el diseño para su estudio. Por otro lado, argumenta que la provisionalidad del diseño no es sinónimo de falta de rigurosidad, por el contrario, a través de la simultaneidad y constante revisión de los distintos momentos del estudio (planificación, recolección y análisis) procuramos conservar su consistencia a la vez que mantenemos la metodología al servicio de la comprensión del fenómeno objeto de la indagación. De esta manera cada fase contempla criterios para el control de calidad de la investigación.

En síntesis, el proceso de investigación cualitativa tiene como características distintivas la simultaneidad, flexibilidad y revisión constante de las formulaciones, decisiones y acciones implicadas en la indagación del fenómeno que permiten una aproximación rigurosa para la comprensión de su complejidad.

La validez en la investigación cualitativa
Señalábamos en el capitulo anterior que los investigadores cuantitativos traen a la mano como criterios de calidad para sus estudios

  • la validez (valor de verdad)
  • la fiabilidad (replicabilidad)
  • la consistencia interna (secuencialidad en la implementación del diseño)
  • la parsimonia (economía)
  • la precisión (margen de error de los resultados de investigación) (Ruiz, 1996),
Ruiz, J (1996)

todos ellos sustentados en una descripción del proceso de investigación como un  procedimiento lógico y ordenado, libre de prejuicios y arbitrariedades de quienes lo ejecutan. Este conjunto de criterios y normas asegurarían la veracidad del dato (Sidman, 1978 en Ruiz, 1996).

A la vez, argumentábamos que, si bien muchos investigadores han intentado aplicar a los
estudios cualitativos dichos criterios de cientificidad, este intento de correspondencia no es
correcto al menos por dos razones:
a) los criterios fueron formulados específicamente en relación con las metodologías cuantitativas.

b) se basan en supuestos paradigmáticos diferentes a los de las metodologías
cualitativas.

En tal sentido, al igual que en la investigación cuantitativa, los criterios de calidad para la investigación se refieren al diseño de la investigación y recolección de los datos, al análisis de los datos y a la elaboración y, a la presentación de los resultados. Pero no apuntan a la veracidad del dato, sino que a la calidad, accesibilidad y generatividad del proceso de investigación y del conocimiento construido.

Krause (1995), expone los siguientes criterios para el control de calidad de los estudios cualitativos, no distinguiendo su correspondencia con las distintas fases de la investigación,
aún cuando el carácter simultáneo y autocorrectivo de los métodos cualitativos los presuponen durante todo el proceso:

a) La densidad es decir, la inclusión del máximo de detalles posibles tanto en la recolección como en el análisis de los datos.

b) La profundidad es decir, la intensidad de la recolección y el análisis de los datos como efecto de la práctica de triangulación, es decir la inclusión de diferentes perspectivas y versiones sobre el fenómeno o problema de estudio.

c) La aplicabilidad/utilidad que mantiene una estrecha relación con los criterios de complejidad y apego a los datos empíricos que subrayan en conjunto la relevancia social que puedan tener los resultados de la investigación.


d) La transparencia es decir, el dar cuenta de la manera en que se obtuvieron los resultados de la investigación y, por lo tanto, la posibilidad de que el lector pueda seguir ese recorrido, criticarlo o reflexionar nuevas alternativas.

e) La contextualidad es decir, la explicitación del contexto de producción de los datos y resultados, como el análisis de la relación de los resultados con dicho contexto.

f) La intersubjetividad que se relaciona con la práctica de triangulación, en este caso de los interpretantes, con lo cual se supone que la investigación cualitativa se realiza siempre en equipos de investigación permitiendo la inclusión de variadas perspectivas.

g) La pertinencia , es decir, que los resultados siempre son relativos a una realidad determinada (que incluye al objeto, campo y metodología de estudio) y, por lo tanto, deben dar cuenta de ella.

h) La generatividad que se refiere al valor de los resultados de la investigación cualitativa en tanto generan maneras alternativas ý novedosas de comprender un fenómeno dado.

Otra manera de exponer los criterios de calidad para la investigación cualitativa la ofrece  Ruiz(1995), distinguiendo su correspondencia con las distintas fases de la investigación (pre-estudio, estudio y post-estudio) y las acciones resultantes de dicha evaluación. Es decir, preguntándose por la manera en que se juega el valor del saber en cada momento del estudio:

a)     En la fase de pre-estudio los criterios de pertinencia y relevancia de los hechos, conceptos y métodos puestos en relación para la estructuración del estudio, responden a la validez de valor. En otras palabras, nos preguntamos por la relevancia del problema de investigación y por las maneras en que podemos plantearlo para que tenga un mayor valor social y disciplinar. Así por ejemplo, si el problema fuese la construcción del género en puestas web, los hechos que llaman nuestra atención podrían ser la manera particular en que hombres y mujeres se presentan a si mismos en portales “busca parejas” de internet, reproduciendo ciertas maneras de masculinidad y feminidad; los conceptos puestos en relación para aproximarnos a estos hechos podrían ser los de la teoría de la Presentación de la Persona de Goffman y el Construccionismo Social que, nos permiten analizar la manera en que lo masculino y lo femenino se produce y reproduce en el desempeño público (internet) y; los métodos pertinentes a estos hechos y conceptos podrían ser el análisis del discurso y la etnografía. De esta manera, al explorar estas relaciones paulatinamente se figura el problema de investigación con un cierto valor.

b) En la fase de estudio los criterios de coherencia y corrección de la implementación,    verificación y explanación, responden a la validez de correspondencia. En este fase nos preguntamos por la calidad en la ejecución del diseño, observando sus implicancias éticas, a la vez que resguardando que la recolección, análisis y reformulaciones respecto del diseño de investigación tengan un carácter flexible, simultáneo y operen en base a la triangulación; procurando registrar y dar cuenta constantemente de los procedimientos utilizados para la construcción de los resultados, resguardando la accesibilidad metodológica del estudio y; sometiendo a crítica los resultados preliminares en función de sus posibilidades de responder a los objetivos y la pregunta de investigación.

Tanto para la recolección como para el análisis de los datos, se pueden plantear una serie de cuidados al momento de estructurar e implementar ambas acciones, de manera de responder a la validez de correspondencia.

En la fase de estructurar la recolección, se tendrá en consideración:

La elaboración de un instrumento de recolección que sea coherente con la pregunta y objetivos de investigación y, que a la vez, sea lo suficientemente abierto y flexible como para permitir establecer un diálogo donde la alteridad se asome. En otras palabras la transformación de los conceptos en un dispositivo pivote de diálogo.

El diseño de una muestra que constituya un caso significativo de estudio, es decir, incorporar aquellos sujetos o situaciones en los cuales se piensa se encontrará algo interesante y relevante para la investigación.

La elección de un sistema de registro, para consignar los fenómenos a observar relevantes desde la indagación, y un sistema de codificación ad hoc, considerando la fidelidad de ambos (notaciones, audio, video, etc.) respecto del objeto y campo de estudio.

En la estructuración del análisis se considerará la elección de uno o más modelos de análisis pertinentes a la pregunta y objetivos de investigación y, al tipo de dato que se producirá, todo ello atendiendo a la producción de resultados que den cuenta de la complejidad y multiplicidad del fenómeno en estudio.


En la implementación de la recolección se procurará que:

El instrumento recoja la información requerida para el estudio, a la vez que posibilite el establecimiento de una relación de confianza con las personas entrevistadas o en las situaciones observadas.

El muestreo sea estratégico y emergente, es decir que mantenga una cierta simultaneidad con el análisis y que sea receptivo a aquellas categorías que surgen como relevantes para la  investigación, en otras palabras, sensible metodológicamente.

En la implementación del sistema de registro se considere la reactividad o la relación de éste con los sujetos y el contexto de estudio. Particularmente, se pondrá especial interés en responder al compromiso ético de resguardar la confidencialidad de la identidad e información personal aportada por participantes del estudio.

En la implementación del análisis se atenderá a la producción de resultados que sean coherentes con la pregunta y objetivos de la investigación, orientados desde la perspectivas y versiones de los participantes y, productivos y generadores de nuevas preguntas y problemas.

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